El retrato





Luna despierta a las 4.a7.m8.  y contempla un retrato antiguo que compró en una subasta. Le interesan mucho las costumbres humanas, a veces sueña que es parte de esa fotografía, donde una mujer de cabello aperlado sonríe sin dientes a la par con un hombre de aspecto similar al de ella. En la mitad de la escena un joven hermoso como el Mitat, que es el cielo del mundo en que existe Luna, los rodea con sus brazos.  Sólo basta con que ella encienda su Küüs para <presenciar> ese momento, y ver al fotógrafo decir “cuando estén listos”, a la mujer de cabello aperlado arreglar la corbata del joven hermoso y al hombre de aspecto similar al de la mujer, que los mira con una ternura infinita y los ojos llenos de lilis, que son unos bichitos que brillan como las luciérnagas. 
Luna se siente parte del instante y ríe con todas sus fùoù, que son como bocas y hacen un sonido similar a las carcajadas pero en una frecuencia más fina.
Y ella sabe que los ama, que se quiere casar con el joven hermoso antes de que se enamore de la humana que conoce años después tras la muerte de la mujer de cabello aperlado y el hombre de aspecto similar.
Entonces Luna sólo puede viajar al pasado a través de los sueños, donde abraza al joven hermoso y se casa con él según las costumbres terrícolas. Viven con la mujer de cabello aperlado y el hombre de aspecto similar, a los que protege de la enfermedad que apaga los ojos para siempre.
Y los llena de alegría.
Y Luna desconecta su Küüs y se reúne con los de su especie todos los Lirez (similares a los días). 



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