De sueños.


Primer sueño:
Llueve solamente sobre el basural de la esquina y las nubes no piden perdón a los pastizales secos.
Siesta a la sombra de una columna:
Cuando los ratones llegan al cielo, San Pedro los recibe con una bandeja de nueces.
Madrugada insomne:
Junto uno a uno los cabellos en la alfombra, que los invitados dejaron en los últimos ocho años.

Segundo sueño:
Llueve hace días, sin embargo el vaso que dejé afuera aún está seco.
Siesta a la sombra de un camión:
Los ángeles de bigote que protegen el queso celestial, en guerra con los ratones.
Madrugada insomne:
Setecientos cincuenta y cinco cabellos.

Tercer sueño:
La tormenta quemó el televisor del vecino, ¡Ay! Qué tragedia.
Siesta a la sombra de un maniquí:
El infierno se plagó de ratones y el diablo está colgado de una lámpara de lava.
Madrugada insomne:
Dos mil ochenta cabellos y aún no consigo dormir.



1 comentario:

  1. La extrañeza del reino de la oniria, el entrevero, la disociación. Ese reino en el que parece que todo se vincula de cierta manera que parece real y tangible, cuando en cierto momento nos damos cuenta de que no lo es, o nuestra razón por lo menos no nos deja comprenderlo. Quizá no se precise, quizá se tenga que hacer de otra forma.

    En algún momento hay que dormir.

    ¡Precioso!

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